Misión

Organización ciudadana dedicada a preservar aves mexicanas en riesgo de extinción www.txori.org

lunes, 13 de enero de 2014

Reproducir psitácidos en cautiverio para liberarlos

Por Víctor Busteros y Anthony McCulloch
Fundación Ornitológica Txori © 2014
Foto: Lafeber Conservation and Wildlife

¿Por qué criar aves psitácidas mexicanas si está prohibido su comercio? ¿Qué caso tiene esforzarse tanto para que se reproduzcan en aviarios sin obtener beneficio económico? La respuesta ―absurda para algunas personas― es preservarlas. Pero ¿se evitará su extinción conservándolas en cautividad?

     Lamentablemente el exacerbado crecimiento de la población humana y sus insostenibles prácticas de consumo han causado la extinción de muchas psitácidas y actualmente la inmensa mayoría de las aproximadamente 350 especies que aún existen en el mundo están seriamente amenazadas.

     Los criaderos de aves en peligro de extinción en cierta forma son reservorios que durante algún tiempo permitirán preservarlas artificialmente. Pero ¿qué hay de los organismos asociados a ellas?

     La ciencia ha demostrado que cuando una especie vegetal o animal es eliminada de un ecosistema se pone en riesgo el futuro del mismo, ya que cada organismo cumple con una función vital dentro de él. Por lo tanto, al desaparecer una especie es de esperarse que otras también lo hagan. De hecho, la extinción de una sola especie podría propiciar que la comunidad biológica sufra un desequilibro catastrófico. Así de frágil y compleja es la realidad.

     En apego al concepto anterior, los conservacionistas están convencidos que es imposible pensar en salvar una especie sin considerar su hábitat natural; es decir, el esfuerzo para preservarla debe ser integral.

     La crianza de aves en cautividad con fines de liberación ha demostrado ser una buena alternativa para la conservación. En México uno de los casos más representativos es el cóndor de California, una enorme rapaz extirpada de territorio nacional durante la primera mitad del siglo XX, especie que a partir de ejemplares nacidos en aviarios estadounidenses fue reintroducida en la sierra de San Pedro Mártir (Baja California), un reducto de su área de distribución original. El proyecto ha generado excelentes resultados, ya que las parejas liberadas no sólo se adaptaron a la vida silvestre, sino que también han logrado reproducirse de forma natural.

     ¿Y qué hay de los psitácidos? En el país existen veintidós especies nativas, todas bajo alguna categoría de riesgo por la sistemática destrucción de su hábitat y el tráfico de fauna silvestre. Algunas han sido totalmente erradicadas de extensas regiones; tal como ocurrió con la guacamaya roja (Ara macao) en Veracruz y el loro cabeza amarilla (Amazona oratrix) en buena parte del Occidente de México; aves de las que hoy, tristemente, podemos afirmar que hay más ejemplares en cautiverio que en libertad; la inmensa mayoría recluidos en jaulas reducidas, en soledad y por ende sin posibilidad alguna de reproducirse.

     Durante años se ha discutido la factibilidad de reproducir psitácidos en aviarios para repoblar zonas de las que fueron extirpados. Por supuesto uno de los criterios más importantes para llevarlo a cabo deriva de la evaluación del hábitat destino, siendo éste el principal impedimento en muchos de los proyectos que alguna vez se plantearon, ya que generalmente la degradación ecológica era tan severa que los expertos asumían no existían las condiciones mínimas necesarias para garantizar la supervivencia de las aves por liberar.

     Además, hasta hace unos años prevalecía la idea de que liberar psitácidos nacidos en cautiverio era condenarlos a una muerte segura. Pero las investigaciones de un pequeño grupo de ornitólogos demostraron lo contrario. Estudiando pequeñas poblaciones de pericos, que quizá fueron inducidos accidentalmente ―mascotas que escaparon o fueron liberadas por sus propietarios― en ambientes muy diferentes a sus áreas de distribución original, descubrieron que la adaptabilidad de estos animales es sorprendente. Hasta entonces nadie hubiera imaginado que psitácidos originarios de México progresan en libertad en ambientes suburbanos de Europa y Norteamérica, o que una especie sudamericana (Myiopsitta monachus) se está convirtiendo en una plaga en el hemisferio Norte.

     Desde luego, no todas las especies tienen la misma capacidad de adaptación. En nuestro país, por ejemplo, las guacamayas están entre las menos favorecidas, pues en vida silvestre dependen de ecosistemas y características ambientales particulares. No obstante, desde finales del siglo pasado en países de Centro y Sudamérica varios proyectos civiles, con el apoyo de gobiernos locales, emprendieron las primeras reintroducciones a la naturaleza de estas magníficas aves. Los resultados son bastante promisorios, ya que la mayoría de los animales liberados han logrado sobrevivir, y lo que es mejor, ya hay indicios de reproducción.

     ¿Y en México? El Instituto de Biología de la UNAM, Wildlife Conservation Society y los parques Xcaret y Los Aluxes, entre otras instituciones, unieron esfuerzos en un importante proyecto de conservación que ya comenzó a reintroducir guacamaya roja (Ara macao) en diversos sitios que formaban parte de su rango de distribución histórico en los estados de Chiapas y Veracruz. A partir de abril de 2013 se efectuaron las primeras liberaciones de ejemplares nacidos en el aviario de Xcaret. Los expertos esperan que las aves gradualmente se adapten al entorno natural y en unos años comiencen a procrear. El proyecto tiene el objetivo de seguir liberando guacamayas jóvenes que previamente son preparadas para que puedan sobrevivir en el medio silvestre.

     La reintroducción a la naturaleza de psitácidos nativos es una magnífica noticia que le da mayor valor y sentido al enorme esfuerzo que realizan decenas de aviarios que crían estos animales en México. Por supuesto falta mucho por hacer, sobre todo en el tema de integración, ya que es indispensable articular a los actores aislados en acciones colectivas coordinadas, tal como lo plantea Fundación Ornitológica Txori en su propuesta de Programa Nacional para el Rescate de los Psitácidos y su Hábitat (PRONAPSI). Por lo pronto es gratificante saber que ya se están dando pasos firmes para salvar de la extinción a los emblemáticos pericos, loros, cotorras y guacamayas del país. Enhorabuena y felicitaciones a los pioneros de esta gran iniciativa.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola que tal, me pregunto si aceptan o requieren de voluntariado.