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Un plumaje completo, acicalado y brillante es el mejor indicativo de que la psitácida está física y emocionalmente sana; por el contrario, un plumaje maltratado o de aspecto extraño nos indica que el ejemplar podría padecer alguna enfermedad.
Las principales causas para que las psitácidas muestren anormalidades en el plumaje son:
1. Trastorno psicogénico:
Es una condición también conocida como “picaje”, frecuente entre ejemplares que viven en cautiverio, sobre todo en aquellos que no tienen la posibilidad de volar, ya sea porque la jaula no es lo suficientemente amplia o porque les recortaron las plumas.
El estrés y aburrimiento que sufren las aves cautivas suele propiciar una conducta autodestructiva consistente en arrancarse sistemáticamente las plumas, las propias y en ocasiones también las de sus compañeros de jaula. Cuando esta enfermedad psicológica no se trata con oportunidad los daños pueden llegar a ser irremediables.
2. Mala nutrición:
Una dieta óptima no sólo es indispensable para la salud física, también contribuye a mantener contenta al ave en cautiverio. Asimismo fortalece su sistema inmunológico, lo cual disminuye el riesgo de enfermedades.
Cuando un psitácido presenta el plumaje opaco o decolorado, o crecimiento anómalo de sus plumas, es probable que exista una deficiencia nutricional en su dieta, generalmente relacionada con la carencia de lisina, metionina, riboflavina, colina, caroteno y/o calcio.
Desde luego cada especie gusta de una alimentación particular. Sin embargo, al igual que las personas, los psitácidos necesitan una dieta que además de sabrosa, variada y equilibrada, esté basada en los tres grupos de alimentos:
a. Frutas y verduras
b. Cereales y tubérculos
c. Leguminosas y proteína de origen animal.
3. Parásitos externos:
Algunos tipos de ácaros, genéricamente conocidos como gorupos o piojillos, parasitan a las aves para alimentarse de su piel y la raíz de sus plumas. Cuando la infestación es severa (acariosis) el resultado son problemas dermatológicos que afectan la piel, las plumas, las patas y hasta el pico del pájaro. En algunos casos la descamación e irritación que producen los ácaros le provocan mucha comezón al ave y en consecuencia se rasca con tal desesperación que puede llegar a dañar severamente su plumaje.
4. Infecciones virales:
También existen enfermedades originadas por virus que causan anormalidades en las plumas, entre ellas una conocida como “muda francesa”, que se manifiesta sobre todo en animales jóvenes con la pérdida de las plumas largas de la cola (timoneras) y alas (remeras), lo cual les impide volar. En los adultos la enfermedad suele ser asintomática; sin embargo, el virus también afecta los órganos internos del ave.
Menos frecuente pero igualmente peligrosa es la enfermedad del pico y las plumas, originada por un virus que ataca las células del crecimiento de los folículos de plumas, pico y uñas, causando malformaciones y necrosis.
Para concluir debemos señalar que las aves psitácidas son susceptibles de contraer un sinnúmero de enfermedades infecciosas originadas por virus, bacterias y hongos. Muchas de estas se manifiestan con anormalidades en el plumaje y pueden ser sumamente contagiosas, y lo que es peor, en algunos casos zoonóticas, es decir, transmisibles a los humanos. Por tal motivo, es indispensable que el propietario de psitácidas cuente con un programa preventivo, establecido y vigilado por un médico veterinario calificado.
En cualquier caso un diagnóstico oportuno salvará vidas y evitará problemas mayores.
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